• Establecer procedimientos operativos estándar para ayudar a guiar las actividades de evaluación y análisis a nivel regional y nacional.
  • Coordinar las evaluaciones cuando sea posible para mejorar la coherencia, la calidad y el análisis de los datos y proporcionar mensajes claros a los responsables de la toma de decisiones.
  • Antes de comenzar una evaluación, es importante comunicarse con otros actores que realizan evaluaciones de necesidades en la plataforma regional y plataformas nacionales u otras plataformas de coordinación existentes, para comprobar si las necesidades de información están cubiertas por actividades de evaluación en curso o planeadas.
  • Consultar el registro de evaluaciones para comprobar las evaluaciones que están en curso y finalizadas.
  • Definir indicadores clave y ponerlos a disposición de los actores que planean una evaluación de necesidades.
  • Armonizar indicadores para facilitar el análisis entre distintas evaluaciones.
  • Identificar necesidades de información diferenciadas y promover la participación de organizaciones con experticia en género.

Para que las plataformas de coordinación y sus socios puedan garantizar una respuesta operativa, coherente y coordinada, es esencial que todos los ejercicios de evaluación de necesidades estén apropiadamente coordinados. Para tal efecto, y dependiendo del contexto, necesidades de cada país y capacidad existente, se recomienda la creación de un grupo de trabajo para coordinación de evaluaciones que posibilite:

  • Evitar duplicación de esfuerzos y que la población afectada se sature por el número de evaluaciones y reducida asistencia;
  • Identificación de vacíos de información e iniciar estrategias conjuntas para cubrirlas dentro del ciclo de planificación del RMRP u otros planes de respuesta existentes en la región;
  • Identificar y convenir una serie de indicadores centrales, de forma que permitan la comparabilidad entre evaluaciones, la medición de tendencias a lo largo del tiempo y sean sensibles a enfoques de género y la edad;
  • Promover el uso de estándares y denominadores comunes en todas las evaluaciones (incluidas agencias individuales y sectores/grupos);
  • Prepararse para evaluaciones rápidas de manera conjunta, multisectorial y diferenciada en caso de una escalada repentina de la situación humanitaria;
  • Servir como servicio de asistencia técnica para realización de evaluaciones, y recomendar y reclutar expertos adicionales para garantizar que existe la capacidad necesaria.
  • Asegurar la integración efectiva de los enfoques de género, edad y diversidad en las diferentes etapas de las evaluaciones de necesidades.

En cuanto a las tareas comunes de coordinación para una evaluación conjunta, contando o no con la existencia de un grupo de trabajo, se incluyen:

  1. Realización de un mapeo de actores interesados en participar: agencias humanitarias y de desarrollo, organizaciones de la sociedad civil, contrapartes gubernamentales y personas con la experiencia y habilidades adecuadas, incluyendo organizaciones de mujeres y personas LGBTI, así como personas con experticia en género;
  2. Involucrar a las comunidades afectadas y sus representantes a lo largo del proceso de evaluación, diferenciando entre subgrupos con respecto a la edad, género, y diversidad, y asegurando la participación equitativa de mujeres y hombres;
  3. Establecer un mecanismo de coordinación apropiado para facilitar la coordinación de actividades e intercambio de datos;
  4. Establecer un comité para determinar el alcance, proporcionar el presupuesto, supervisar la implementación y respaldar los resultados de la evaluación de necesidades;
  5. Establecer un grupo de trabajo técnico/equipo de análisis que servirá como foro para desarrollar la metodología, compilación y análisis de datos secundarios, procesamiento y análisis datos primarios e implementación y coordinación de la evaluación y análisis conjunto.

Para la coordinación de evaluaciones conjuntas a gran escala se requerirá un puesto de coordinación dedicado con las siguientes responsabilidades:

  • Facilitar el foro de evaluación (es decir, grupo directivo o comité);
  • Coordinación de equipos de evaluación (es decir, equipo de recolección de datos de campo y grupo de trabajo técnico, compuestos por mujeres y hombres);
  • Facilitar el consenso sobre los objetivos, las necesidades de información, el alcance del ejercicio, el plan de análisis de datos, las modalidades de intercambio de datos y el plan de diseminación;
  • Negociar con actores que tengan datos secundarios relevantes que pueden contribuir al análisis;
  • Movilización de recursos financieros, materiales y logísticos;
  • Planificación y movilización de recursos humanos adicionales en diferentes etapas de la implementación de la evaluación (por ejemplo, recolección de datos de campo, análisis, limpieza de datos, etc.);
  • Alentar a las partes interesadas y, cuando corresponda, al gobierno a participar en la evaluación;
  • Establecer contactos con actores externos y personas de interés para gestionar sus expectativas en torno a los resultados de la evaluación y garantizar la aceptación y la propiedad de la evaluación;
  • Promover y garantizar el uso de la información para la toma de decisiones y la planificación de respuestas. El coordinador trabajará con equipos multidisciplinarios y expertos del sector/grupo y puede contar con el apoyo de especialistas en gestión de la información, como aquellos con experiencia en análisis de datos, informes, SIG y/o estadísticas (si se requiere un muestreo representativo).

En este enlace se encuentra un ejemplo de términos de referencia para al establecimiento de un grupo de trabajo para coordinación de evaluaciones.